La identidad en las empresas, como en las personas, es intrínseca al hecho de existir, se sea consciente o no de ello. Identificar y definir los rasgos de identidad de una empresa, integrarlos y conducirlos a una estrategia establecida de manera congruente aumenta las garantías de que la personalidad de la organización sea percibida de forma más precisa, en menos tiempo y con menor inversión económica.
Diferencia entre identidad corporativa e imagen corporativa
Una empresa crea su propia identidad corporativa en función de lo que piensa sobre sí misma, y en base a cómo quiere instalarse en la mente de su público, es decir, qué quiere que piensen de ella.
Volvemos al ejemplo de las personas, todos queremos caer bien, y actuamos de una forma u otra para conseguirlo, pero no siempre logramos que piensen de nosotros lo que queremos. Y de hecho, normalmente cuando insistes en caer bien a alguien, acabas dándole una mala impresión por forzar la situación.
En este sentido, aquí es donde aparece el concepto de imagen corporativa o imagen de marca, que es la suma de percepciones e impresiones que el público construye alrededor de esa marca o empresa.
Por tanto, podemos decir que la imagen corporativa depende de la identidad corporativa, aunque a su vez también están interrelacionadas porque influyen la una sobre la otra, y viceversa.
Resumiendo, la identidad corporativa es un factor interno y controlable por la empresa, que se proyecta para generar una impresión (imagen) específica en los públicos con los que se relaciona. Mientras que esa imagen es algo externo y poco controlable. Por ello es fundamental la coherencia, para crear una imagen sólida de la empresa y generar confianza.
Elementos de la identidad visual corporativa
- Nombre, que simbolice la identidad corporativa
- Logotipo de la marca
- Tipografía, que represente la personalidad de la marca
- Colores, que diferencien la identidad de empresa
- Voz y tono en la que se exprese la marca
- Página web y redes sociales que aumenten la experiencia de marca
- Papelería corporativa, que plasme la identidad
Beneficios de una buena identidad corporativa
Una identidad corporativa homogénea y clara, identificable y perdurable en el tiempo, tiene los siguientes beneficios para la empresa:
- Aumenta el valor de nuestra marca
- Ayuda a distinguirse visualmente de la competencia
- Genera una mayor confianza hacia la empresa y mejora su reputación.
- Dota de coherencia a todas las comunicaciones
- Permite a la empresa ser fácilmente reconocida y recordada por los consumidores
- Mejora el posicionamiento de la marca en la mente de los consumidor
La identidad corporativa se transmite mediante cualquier acto comunicacional de la empresa. Manejarla conscientemente, conseguir una relación armoniosa entre todas las actividades comunicacionales, puede ser una estrategia para lograr grandes éxitos.
Pablo Ordóñez